Campaña de oración por las vocaciones misioneras
Invitamos a todos aquellos que deseen participar en esta “Campaña de oración por las vocaciones misioneras” a que se puedan adherir con verdadera amor y constancia por los misioneros que dan su vida por el Evangelio en diferentes partes del mundo.
"La mies es mucha, más los obreros pocos. Rueguen, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies". (Lucas 10:2)
Nuestra bendición para usted y su familia por su generosa colaboración para unir la fuerza de su oración por esta causa tan importante.
Ojalá pueda invitar a más personas a unirse, pues en la misión vemos el fruto de cuando oran por nosotros.
Busquemos acercarnos a Dios por medio de la oración con sencillez, humildad, confianza, amor y abandono, dispuestos a cumplir su Voluntad Divina en todos los acontecimientos de nuestra vida. Así, la oración se vuelve vida en medio de nuestras actividades cotidianas.
Nuestra oración tendrá fuerza no por nosotros mismos, sino en la medida en que dejamos habitar a Cristo Jesús en nosotros. Él es el verdaderamente agradable a Dios. Y nosotros somos agradables al Padre en la medida en que nos ofrecemos a su Hijo y nos asemejamos a Él. Nutrámonos esta comunión con los sacramentos, sobre todo con el alimento eucarístico. El Espíritu Santo nos acompañará con su sabiduría, amor, paz y santidad.
Si te sientes llamado(a) a unir tu oración por las Vocaciones Misioneras.
¡SIÉNTETE FELIZ! ya que es un llamado de santidad para ti y un llamado a que tu oración santifique a otros haciéndoles descubrir la gracia de la vocación para el primer anuncio del Evangelio entre los que no lo conocen.
Por el bautismo, todos llevamos el germen santo de la presencia viva del Espíritu Santo, dejémosle orar en nosotros por la misión de hacer presente a Cristo entre las gentes que aún no lo conocen.
Adultos, jóvenes y niños, enfermos y sanos, todos estamos llamados a vivir en comunión con Cristo, y a colaborar para que su deseo de atraer a todos los pueblos hacia Él, sea una realidad. Pidamos al Dueño de la mies que mande más obreros para llamar a todos los que Jesús quiere que sean abrazados en su gran Familia, la Iglesia.
“Oh Jesús, que has muerto por la salvación de todos los pueblos, y has fundado la Iglesia para continuar sobre la tierra tu obra de redención, multiplica, te rogamos el número de los misioneros. Redobla su celo, santifica sus fatigas, a fin de que aquellos que se encuentran privados de la inestimable gracia de la fe, pronto te conozcan y te amen aquí en la tierra, para después gozar de ti en el cielo. Amén”.